martes, 16 de julio de 2013

En el sueño de una pesadilla.

A través de la lluvia de mis ojos, de los suyos.
Miradas son luz entre cristales de sombras muertas.

Los esquemas que conforman mis ideas viven en un desierto,
cuando de día quema y de noche tiritan las sílabas sonoras de las notas de un piano.
Escupiéndole al mundo porque el esculpió las formas.
Escupiéndome a mí mismo porque yo no esculpí mis formas.

Lejos de todo y de todos, los esquemas se perforan a partir de las voces del viento.
Peor que estar solo, es hablar con la soledad, que, aunque el tiempo la mata, vuelve a nacer porque
no puedes matar algo que nunca tuvo vida.

"Cuanto más te acerques a la luz mayor será tu sombra" y cuanto más mezclas los colores más fríos quedan.

Caemos y caemos porque nunca supimos estar en pie y si lo estuvimos nos tiraron a golpes.
Quisimos agarrarnos a lo que nos golpeaba.

Aquel desierto se quedó sin tormentas, porque la tormenta ya estaba presente en el auge; lo roto sin hilos de las alas.

Fue cuando vi a Ícaro con miedo a las alturas.
Lo vi a través de la lluvia de mis ojos, de los suyos.

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